Existe una profunda conexión entre las fascias, los planos de movimiento, las emociones y la expresión de la intención. Comprender como estos diferentes aspectos se influyen mutuamente es disponer de una herramienta poderosa para guiar nuestra intención cotidiana.
Las fascias ayudan a guiar y facilitar el movimiento en los diferentes planos. Cuando las fascias están tensas o restringidas, pueden limitar el movimiento y causar dolor.
Las emociones pueden afectar a la tensión muscular y la postura, lo que a su vez puede afectar a las fascias.
Cuando liberamos las fascias adquirimos una cualidad espacial del movimiento que se vuelve más direccional, expresando nuestras intenciones con mayor claridad.
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